La Leyenda de Montfalcó
Montalcó es protagonista de una bella leyenda
“Una vez Montfalcó se veía inmerso en los estragos de la guerra y su gente luchaba con todo el coraje de que era capaz para defender su pueblo. Tanto coraje ponían que los asaltantes tuvieron que renunciar muchas veces a conquistar la cima de las murallas de Montfalcó. Talmente como si fuera un ave voladora, parecía que era del todo imposible lograrlo.
Cansados de perder gente i de tener bajas constantes en cada intento de asalto, decidieron poner asedio al pueblo, para que se rindieran.
Parecía que se rendirían pronto y que no creían que tuvieran muchas provisiones para subsistir. Después de un tiempo, decidieron plantear la rendición a los defensores de Montfalcó, y en un gesto de burla lanzaron al interior, por encima de las murallas, un mensaje invitándoles a rendirse, que iba atado a... una barra de pan! Pensaban que en ver el pan se darían cuenta que no podían aguantar más, mientras que los de fuera les sobraba la comida.
Su sorpresa fue muy grande cuando vieron que des de dentro rechazaban la rendición tirando fuera otro mensaje atado a... un pescado fresco!
Al ver el pescado, comprendieron que no se rendirían ni de hambre ni de sed. Como no podían infiltrarse a través de las murallas, levantaron el asedio y abandonaron el sitio abatidos.“
Según la leyenda, posteriormente se supo que había una mina que iba de les Oluges a Montfalcó, por donde entraban los alimentos cada día.
Cuentan los ancianos que decia la leyenda que la mina tenia unes dimensiones tan grandes se podia pasar en caballo.
Joan Bellmunt i Figueras, Fets, costums i llegendes, (volum II), Ed. Virgli i Pagès, Lleida, 1988.